Unción de los enfermos

“Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos”. (Lucas 9,1-2)

Jesús siempre tuvo un cariño especial por los enfermos, iba hasta ellos, hablaba con ellos y los sanaba. La unción de los enfermos es la visita del propio Cristo a la persona enferma. Cuando Jesús da a los apóstoles el poder de sanar a los enfermos es para que ellos puedan sanar al enfermo en su vida espiritual y también en su vida corporal, por el poder de la Gracia y misericordia divina.

A veces, equivocadamente, muchos católicos prefieren recibir este sacramento en los últimos momentos de vida, casi cerca de la muerte, por eso que muchos llamaban el sacramento de unción de los enfermos de (extrema unción)

Un niño enfermo, un adulto, un viejecito, o alguien que tendrá una cirugía pueden recibir la unción de los enfermos, pues ésta es para sanar y no solo se imparte al morir. Por eso es importante llamar al sacerdote para que pueda ir a visitar al enfermo, hablar con él, escuchar su confesión y llevarle el cuerpo de Cristo.

Por favor llame a la oficina parroquial:  410-964-1425

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