Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores

En el MENSAJE DE SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO PARA LA TERCERA JORNADA MUNDIAL DE LOS ABUELOS Y LAS PERSONAS MAYORES el Papa Francisco afirma:

«Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1,50): este es el tema de la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores. Es un tema que nos reconduce a aquel encuentro bendito entre la joven María y su pariente anciana Isabel (cf. Lc 1,39-56). Esta, llena del Espíritu Santo, se dirige a la Madre de Dios con palabras que, a distancia de milenios, acompasan nuestra oración cotidiana: «Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre» (v. 42). Y el Espíritu Santo, que ha descendido ya sobre María, la impulsa a responder con el Magníficat, en el que proclama que la misericordia del Señor se extiende de generación en generación. El Espíritu Santo bendice y acompaña cada encuentro fecundo entre generaciones distintas, entre abuelos y nietos, entre jóvenes y ancianos. Efectivamente, Dios desea que, como hizo María con Isabel, los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias. Pero, sobre todo, el Señor desea que no dejemos solos a los ancianos, que no los releguemos a los márgenes de la vida, como por desgracia sucede frecuentemente.

Es hermosa, este año, la cercanía entre la celebración de la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores y la de la Juventud; ambas tienen como tema la “prisa” de María para ir a visitar a Isabel (cf. v. 39), y de ese modo nos llevan a reflexionar sobre el vínculo entre los jóvenes y los ancianos. El Señor espera que los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, acojan la llamada a custodiar la memoria y reconozcan, gracias a ellos, el don de pertenecer a una historia más grande. La amistad con una persona anciana ayuda al joven a no reducir la vida al presente y a recordar que no todo depende de sus capacidades. Para los más ancianos, en cambio, la presencia de un joven les da esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden realizarse. En definitiva, la visita de María a Isabel y la conciencia de que la misericordia del Señor se transmite de una generación a la otra revelan que no podemos avanzar —y mucho menos salvarnos— solos y que la intervención de Dios se manifiesta siempre en el conjunto, en la historia de un pueblo. Es María misma quien lo dice en el Magníficat, exultando en Dios que ha obrado maravillas nuevas y sorprendentes, fiel a la promesa hecha a Abrahán (cf. vv. 51-55).

Las enseñanzas con respecto a la Vejez

Con motivo de la Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos, aquí están las enseñanzas recientes del Papa Francisco con respecto a la Vejez.

  1. La gracia del tiempo y la alianza de las edades de la vida
  2. La longevidad: símbolo y oportunidad
  3. La vejez, recurso para la juventud despreocupada 
  4. La despedida y la herencia: memoria y testimonio
  5. La fidelidad a la visita de Dios para la generación que viene
  6. “Honra a tu padre y a tu madre”: el amor por la vida vivida 
  7. Noemí, la alianza entre las generaciones que abre al futuro
  8. Eleazar, la coherencia de la fede, herencia del honor
  9. Judit. Una juventud admirable, una vejez generos
  10. Job. La prueba de la fe, la bendición de la espera
  11. Cohélet: la noche incierta del sentido y de las cosas de la vida 
  12. «No me abandones cuando decae mi vigor» (Sal 71,9)
  13. Nicodemo. «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo?» (Jn 3,4)
  14. El servicio gozoso de la fe que se aprende en la gratitud (cf. Mc 1, 29-31)
  15. Pedro y Juan
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