“Pecar es humano persistir en el pecado es burricie.” Así dice un dicho popular. El pecado es parte de la vida del ser humano, pero dejar de pecar también lo es. La confesión es recibir el perdón de nuestros pecados. Con la confesión nos acercamos a Dios, pues miramos a lo que más feo y malo que tenemos en nuestras vidas y ponemos todo eso en las manos del Señor.
Sabemos que sólo el Señor tiene el blanqueador que limpia nuestras almas, ese blanqueador tiene marca famosa; se llama Misericordia y Compasión Divina.
Muchos dicen que no tienen pecado, o que no sienten que deban confesarse pues no tienen pecado grave. Eso para el cristiano perezoso está muy bien pero sabemos que todos tenemos pecados y a los ojos de Dios, el pecado es pecado desde el más grave hasta la mentirita piadosa, la mentira es mentira, no existe mentira mejor o peor que otra, ¿cierto?
La confesión no es invención de los católicos, es una invención del propio Cristo. Muchos dicen por ahí “yo no me voy a confesar con el cura porque sólo Dios puede perdonar los pecados.” Para el católico perezoso, esta escusa está muy buena, pero es equivocada. Mira lo que dice el proprio Cristo:
“Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:
– ¡La paz sea con ustedes!
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús les dijo otra vez:
– La paz sea con ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Y sopló sobre ellos, y les dijo:
– Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar. (Juan 20,19-23)
Los apóstoles no son Dios para perdonar pecados, ¿y por qué Jesús da a los apóstoles poder para perdonar pecados si ellos no son Dios?
Dios usa a los apóstoles, a los sacerdotes, como instrumentos para llevar su perdón al pecador. Por eso los sacerdotes son instrumentos del perdón, quien perdona será siempre Dios, a través de los que Él escogió como instrumento, o sea el sacerdote.
Para confesiones, favor de llegar 30 minutos antes de cada Misa.